Hay pocas artes tan exigentes físicamente como la danza. Muchas bailarinas dedican día y noche, gran cantidad de horas al día, a bailar y practicar para obtener el mejor rendimiento.
Bien sea danza clásica, contemporánea o tradicional, las bailarinas hacen un ejercicio físico similar al de los deportistas de alto rendimiento, por lo que su salud debe estar en óptimas condiciones. Incluso, en varios países se les considera atletas de alto rendimiento en deportes estéticos.
Sin embargo, la sobre-exigencia muchas veces hace que se descuide la salud femenina pensando en una presentación. Con el pasar de los años, el cuerpo va pasando factura. Bajadas de peso exageradas en poco tiempo, ejercicio exagerado durante varios días, deformaciones en las uñas y el pie o trastornos del ciclo menstrual.
Estas son apenas unas pocas de las dolencias que presentan las bailarinas que no pueden mantener su salud, a lo largo del tiempo. A pesar de que estas cosas son comunes, no significa que sean inevitables. Para evitar todos esos problemas de salud femenina en bailarinas, es importante seguir una serie de consejos y aplicarlos a rajatabla durante toda la carrera.
Planificar cuidados personales a cumplir
La salud para las bailarinas puede interpretarse como una cuestión de rutinas. Para evitar diferentes problemas de salud, se pueden establecer rutinas de cuidados personales a seguir. Entre esos, se incluye la alimentación, que debe siempre mantenerse con una dieta saludable.
Además, deben planificarse cuidados para los pies, manos, piernas y brazos, así como cualquier parte del cuerpo involucrada activamente en el baile. Para tener un mejor resultado, es importante asesorarse con médicos y otros bailarines expertos que tengan experiencias exitosas de planificación. La danza requiere mucho esfuerzo, pero no es solo sufrimiento.
Determinar aspectos de riesgo
Hay ciertos aspectos personales de la vida de cada bailarina que involucran riesgo. Por ejemplo: si una bailarina tiene una mamoplastia, debe tener especial atención ante cualquier cambio que tengan sus senos o si estos se vuelven más pesados y afectan el baile. Empresas como Motiva se encargan de la atención a mujeres con mamoplastias.
También deben determinarse si hay aspectos de riesgo como tendencia al sobrepeso, a trastornos de alimentación, o problemas de postura. Una vez determinados, hay que poner especial atención y cautela en esos sectores. Si la espalda duele más desde siempre, entonces la parte del cuerpo que más hay que cuidar, será la espalda.
Todo eso será en beneficio a futuro de la salud física.
Trazar límites: no todo vale
Mucho se exige que una bailarina deba estar en un peso específico, aunque no sea adecuado. Lo mismo con el esfuerzo físico en determinadas partes del cuerpo. Aunque a veces esas sean las exigencias, el deterioro de la salud no lo vale, y hay momentos donde retirarse o tomarse un tiempo es la mejor opción.
Cambios bruscos en el cuerpo solo generarán problemas mayores de salud a largo plazo, con consecuencias negativas.